Preguntas repetitivas

Preguntas repetitivas

 

 

Los niños con autismo pueden hacer preguntas repetitivas ya que ayuda a aliviar la ansiedad. Preguntas sobre “qué va a pasar” podrían deberse a la ansiedad sobre el futuro, los niños con autismo tienen dificultades para anticipar lo que podría pasar después.

Algunos niños pequeños con autismo se tranquilizan al escuchar la misma respuesta a su pregunta una y otra vez. Es posible que se angustian si la respuesta difiere en algo de lo que ellos quieren oír o lo que oyeron por primera vez.

Los niños con autismo de alto funcionamiento pueden querer participar en una conversación, pero carecen de las habilidades necesarias para hacerlo. El preguntar puede ser su única forma de mantener una conversación.

Los niños que hablan incesantemente puede pasar por alto las señales de los demás de que no es apropiado continuar con una conversación que es aburrida o repetitiva.

También pueden interrumpir las conversaciones, ya que tienen dificultades para reconocer cómo y cuándo a unirse.

Las preguntas repetitivas también pueden ser un intento de imitar la conversación de los demás: “¿Qué estás haciendo?” “¿Qué es eso?”

¿Qué puede hacer?

Sea sensible a los intentos del niño por comunicarse. Este tipo de preguntas son a menudo una fase que los niños con autismo pasan antes de desarrollar una comunicación más significativa.

Recuerde que el interrogatorio puede ser el método del niño de mantener la calma, ayudando a predecir lo que vendrá después.

Si el niño parece estar muy ansioso, examine las causas y trate de dirigir al niño hacia otras formas de relajación, por ejemplo, un espacio tranquilo, escuchando música con auriculares, la lectura de una historia favorita, ver un video o jugar a un juego en la computadora.

Crear un calendario visual para el niño. Si el niño sabe qué va a pasar cada día el niño va a estar menos propenso a seguir preguntando.

Ponga en un calendario visual, la cantidad de veces que al niño se le permite hacer preguntas.

Puede que tenga que poner un límite en el número de veces que responde la misma pregunta. Haga una regla clara: “Se puede hacer esa pregunta sólo tres veces”. Después de eso, sugiera una conversación más apropiada: “Me preguntan acerca de ….”

Usted puede limitar el interrogatorio a un lugar determinado, por ejemplo, sólo en el patio de recreo.

 Dígale al niño que va a responder a sus preguntas cuando se ha llevado a cabo una determinada tarea. Esto podría ser una actividad que normalmente no lo intentaría.

Si el niño interrumpe constantemente durante el tiempo de grupo, usar un objeto que signifique que pueden hablar. Sólo la persona que tiene el objeto puede hablar.

El niño puede necesitar ayuda para aprender cuándo es apropiado unirse a una conversación, es decir, cuando hay una pausa o un hueco y puede ser necesario enseñar frases específicas, tales como “Perdona”.

Fuente: Autism Help